miércoles, 23 de mayo de 2012

La dama de blanco







En 1.789 en el barrio San Antonio vivía la familia del Alférez Real, conformada por don Manuel Caycedo, su esposa e hijos. Un día llegó a su hogar Inés de Lara, una pequeña y hermosa niña que tuvo que soportar la muerte de sus padres. Su madre murió cuando ella tenía siete y su padre falleció ocho años después, víctima de una enfermedad. 

Y aunque la familia Caycedo la acogió y fue criada como hija de ellos, a la niña siempre se le vio triste, pálida y moribunda. Siempre estaba asomada en el balcón de la mansión, con la mirada perdida.

Rechazó muchas propuestas de matrimonio cuando llegó a la adolescencia, y se internó en el convento Las Carmelitas de Popayán hasta su muerte.

Mucho tiempo después, en la masión de los Caycedo, se encontró el esqueleto que parece ser el de Inés. La leyenda dice que en esa casa, hoy en ruinas, se escuchan pasos, se oyen golpes sobre las mesas, se abren y cierran puertas, y se ve a una majestuosa dama vestida de blanco pasearse por la casona.

La casa de la culebra

Esta es una leyenda muy famosa en cali, Valle.






No hay una leyenda consolidada como tal sobre esta casa en la vía a Cristo Rey, pero cuentan algunas personas que en esa casa de estrambótica fachada ocurrían rituales satánicos, ligados a alguna práctica espiritual. La familia que vivía ahí parecía 'endemoniada', y aunque atendendían a los curiosos que se acercaban para ver la casa por dentro, más de uno quedó aterrado fue de ver actitudes y rasgos maquiavélicos en sus inquilinos anfitriones.






La llorona




La llorona convertida en el espíritu vagabundo de una mujer que lleva un niño en el cuadril, hace alusión a su nombre porque vaga llorando por los caminos. Se dice que nunca se le ve la cara y llora de vergüenza y arrepentimiento por lo que hizo a su familia.

Quienes le han visto dicen que es una mujer revuelta y enlodada, ojos rojizos, vestidos sucios y deshilachados. Lleva entre sus brazos un bultico como de niño recién nacido. No hace mal a la gente, pero causan terror sus quejas y alaridos gritando a su hijo.
Las apariciones se verifican en lugares solitarios, desde las ocho de la noche, hasta las cinco de la mañana. Sus sitios preferidos son las quebradas, lagunas y charcos profundos, donde se oye el chapaleo y los ayes lastimeros. Se les aparece a los hombres infieles, a los perversos, a los borrachos, a los jugadores y en fin, a todo ser que ande urdiendo maldades.
Dice la tradición que la llorona reclama de las personas ayuda para cargar al niño; al recibirlo se libra del castigo convirtiéndose en la llorona la persona que lo ha recibido. Otras eversiones dicen que es el espíritu de una mujer que mató por celos a la mamá y prendió fuego a la casa con su progenitora dentro, recibiendo de ésta, en el momento de agonizar la maldición que la condenara: "Andarás sin Dios y sin santa María, persiguiendo a los hombres por los caminos del llano".
    

Durante la guerra civil, se estableció en la Villa de las Palmas o Purificación, un Comando General, donde concentraban gentes de distintas partes del país.Uno de sus capitanes, de conducta poco recomendable y que encontraba en la guerra una aventura divertida para desahogar su pasado luctuoso de asalto y crimen, se instaló con su esposa en esta villa, que al poco tiempo abandonó para seguir en la lucha.Su afligida y abandonada mujer se dedicó a la modistería para no morir de hambre mientras su marido volvía y terminaba la guerra.Al correr del tiempo las gentes hicieron circular la noticia de la muerte del capitán y la pobre señora guardó luto riguroso hasta que se le presentó un soldado que formaba parte del batallón de reclutas que venían de la capital hacia el sur, pero que por circunstancias especiales, debía demorar en aquella localidad algunas semanas.
La viuda convencida de las aseveraciones sobre la muerte de su marido, creyó encontrar en aquel nuevo amor un lenitivo para su pena, aceptó al joven e intimó con él.Los días de locura pasional pasaron veloces y nuevamente la costurera quedó saboreando el abandono, la soledad, la pobreza y sorbiéndose las lágrimas por la ausencia de su amado.Aquella aventurera dejó huellas imborrables en la atribulada mujer, porque a los pocos días sintió palpitar en sus entrañas el fruto de su amor.
El tiempo transcurría sin tener noticias de su amado. La añoranza se tornaba tierna al comprobar que se cumplían las nueve lunas de su gestación.Un batallón de combatientes regresaba del sur el mismo día que la costurera daba a luz un niño flacuchento y pálido. Aquel cartucho silencioso y pobre se alegró con el llanto del pequeñín.Al atardecer de aquel mismo día, llegó corriendo a su casa una vecina amiga, a informarle que su esposo el capitán, no había muerto, porque sin temor a equivocarse, lo acababa de ver entre el cuerpo de tropa que arribaba al campamento.
En tan importuno momento, esa noticia era como para desfallecer, no por el caso que pocas horas antes había soportado, como por el agotamiento físico en que se encontraba. Miles de pensamientos fluían a su mente febril. Se levanto decidida de su cama. Se colocó un ropón deshilachado, sobre sus hombros, cogió al recién nacido, lo abrigó bien, le agarró fuertemente contra su pecho creyendo que se lo arrebatarían y sin cerrar la puerta abandonó la choza, corriendo con dificultad. Se encaminó por el sendero oscuro bordeado de arbusto y protegida por el manto negro de la noche.
Gruesas gotas de lluvia empezaron a caer, seguía corriendo, los nubarrones eran más densos, la tempestad se desato con más furia. La luz de los relámpagos le iluminaba el camino. La naturaleza sacudía con estertores de muerte. La demente lloraba. Los arroyos crecieron, se desbordaron. Al terminar la vereda encontró el primer riachuelo, pero ya la mujer no veía. Penetró a la corriente impetuosa que la arrolló rápidamente. Las aguas bramaron. En sus estrepitosos rugidos parecía percibirse el lamento de una mujer.

La madremonte



Los campesinos y leñadores que la han visto, dicen que es una señora corpulenta, elegante, vestida de hojas frescas y musgo verde, con un sombrero alón, cubierto de hojas y plumas verdes. No se le puede apreciar el rostro porque la ramazón del sombrero la opacan. Hay mucha gente que conoce sus gritos o bramidos en noches oscuras y de tempestad peligrosa.


En el llano limpio y habitado, con caminos frecuentados, nunca la han visto. Vive en sitios enmarañados, con árboles frondosos, alejada del ruido de la civilización, y en los bosques cálidos, con, animales dañinos. Los campesinos cuentan que cuando la Madremonte se baña en las cabeceras de los ríos, éstos se enturbian, crecen, se desbordan, causan inundaciones, borrascas fuertes, que ocasionan daños espantosos.



 Castiga a los que invaden sus terrenos y pelean por linderos; a los perjuros, a los perversos, a los esposos infieles y a los vagabundos. Maldice con plagas y pústulas los ganados de los propietarios que usurpan terrenos ajenos o cortan los alambrados de los colindantes. A los que andan en malos pasos, de pronto les hace ver una montaña inasequible e impenetrable, o una maraña de juncos o de arbustos difíciles de dar paso, borrándoles el camino y sintiendo un mareo del que no se despiertan sino después de unas horas, convenciéndose de no haber sido más que una alucinación, una vez que el camino que han trasegado ha sido el mismo. Quienes la conocen, han oído sus rugidos o están convencidos de sus conjuros, siempre que van a emprender la ruta por lugares miedosos o cuajados de fronda, llevan escapularios o medallas benditas, bastón de guayacán o varas de cordoncillo; deben ir fumando, tabaco y llevar en el bolsillo unas pepas de cabalonga.

El duende


Se dice que es un niño que murió sin ser bautizado o un niño malo que golpeó a su madre. Es muy pequeño, lleva un sombrero grande y llora como una criatura. Tiene una mano de hierro y otra de lana, cuando se acerca a alguien le pregunta si con cuál mano desea ser golpeado. Algunos dicen que, sin importar la elección, el duende golpeará siempre con la de hierro. Otros, en cambio, aseguran que los desprevenidos eligen la de lana y que es ésta la que en realidad más duele.

Posee unos ojos muy malignos y dientes muy agudos. Suele aparecer a la hora de la siesta o en la noche en los cañadones o quebradas. Tiene predilección para con los niños de corta edad, aunque también golpea sin piedad a los mayores.
En la zona de los Valles Calchaquíes existen dos historias muy curiosas con respecto al duende:

Una cuenta que un arqueólogo, internándose en el cerro a horas de la siesta escuchó el llanto de un niño. Al acercarse vio un párvulo en cuclillas y con la cabeza gacha. Cuando le preguntó si qué le sucedía, el niño alzó su maligno rostro y mostrando sus agudísimos dientes al tiempo que sonreía, le dijo:



- Tatita, mírame los dientes...

El "gringo" salió corriendo tan veloz como las piernas le daban y nunca regresó.

La otra historia, narrada por Lucindo Mamaní, de Tafí del Valle, cuenta que se vió al duende conversando en un zanjón con un niño que estaba a su cuidado (actualmente un prominente médico). Al acercarse don Lucindo, el duende -llamado "enano del zanjón" por los lugareños- salió huyendo.





martes, 22 de mayo de 2012

La Candileja





Cuentan que en los bellos llanos de Colombia, surcados por los ríos de oro, vivía una abuela amable y rica  quién enterró vivo a un caballo en el cementerio familiar para que transportara su alma al otro mundo.

Sus nietos codiciosos pasaban todo el día montando "corceles solares", briosos y rápidos como el viento, arreando miles de cabezas de ganado y al regresar los herederos a la casona llamaban a su vieja abuela Candileja y la hacían ponerse en cuatro patas, apoyada en sus rodillas y en las palmas de sus manos, le ponían una silla de montar y jineteaban azotando a la longeva alcahueta llamándola decrépita farolera y obligándola a galopar.  Un día la veterana Candileja del cansancio y el martirio murió.

Desde entonces al salir el sol, el espectro de la Candileja se despierta y se escapa a los llanos a acechar a los jinetes y saltar sobre ellos como la más temible de las fieras carniceras e invadida de cólera y crueldad, los destroza con sus garras.

Dicen que sus apariciones repentinas, fantásticas, misteriosas y fatales se repiten innumerablemente en las llanuras, ranchos abandonados y lares donde hay guacas y tesoros indígenas para protegerlos de saqueadores, profanadores y buscadores de oro.
Cuando la vieja Candileja ataca se produce una tormenta eléctrica, se ven chispas y humo carmesí, breve y vanidoso como símbolo de lo efímero de las glorias terrenales y augurio de tristeza, ruina y malos negocios.

miércoles, 2 de mayo de 2012

El Jinete Negro o Sombrerón

Dicen que vientos helados anticipan su presencia, y que en las noches sin luna es fácil confundirlo con las sombras de los árboles. En especial bajo el efecto del alcohol.
Hace rato que pasó la medianoche en bares y tabernas, los trasnochadores de oficio siguen de parranda. La noche es oscura.


apostadores, buscapleitos, borrachos, jóvenes que aprenden a fumar, saldrán de vuelta a casa , y se convertirán en el blanco preferido de este misterioso espanto.


Quienes lo han visto lo describen como la figura de un hombre  envuelto en una ruana negra, apenas visible bajo las alas de un sombrero tan grande que casi le llega a los pies, lo acompañan dos perros negros y cadenas que se arrastran.....


Este sombrero le da su nombre y lo hace temible.


Sólo una voz de ultratumba sale bajo la oscura sombra que oculta su rostro...
" Si te alcanzo, te lo pongo" amenaza.



Fue famoso en Medellín en 1837. Aparecía  cada cuatro o cinco viernes seguidos, desaparecía y luego volvía a aparecer uno o dos meses después.

¿Quiénes Somos?

Somos un grupo de jóvenes,  que inquietos por redescubrir la literatura y tradición oral popular de Colombia, hemos decidido desarrollar  un espacio multimedial, en el que podrás sumergirte dentro de las historias más relevantes de nuestra cultura, mitos y leyendas, que además podrás compartirnos.
Emprende un viaje por las historias más sorprendentes, acompañado(a) de una pandilla de amigos de distintas partes del país, que por su puesto, tendrán algo que contarte cada semana.
Prepárate para ver, escuchar, leer, y sobre todo, sorprenderte con todo lo que ocurre El último lunes de mayo.